no preciso de sonidos para decir lo que siento;
y es que a veces las palabras
diluyen el sentimiento,
el que nace de los versos que en mi corazón te labras.
Cuando digo que te quiero se hacen cómplices mis ojos
con la voz de una mirada en que se vacía el alma,
con la rapidez que al verte se me adelgaza la calma,
con el roce de tu mano que provoca mis sonrojos.
Entre tu mundo y mis sueños el silencio tiene voz
en las mudas sensaciones que fluyen entre los dos,
en las alas de este amor que aún esperan que las abras
para extender tu sonrisa seductora en pleno vuelo
cual águila majestuosa que se adueña de mi cielo
pues te amo en mis silencios mucho más que en mis palabras.
- Javier
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