Yo no quiero decirte que te quiero

Yo no quiero decirte que te quiero
con la palabra baladí, trillada,
yo busco la palabra no explorada
que exprese mi sentir, el verdadero.
 
Yo quisiera decirte todo, pero
sólo tengo en mi haber mi voz callada,
el fuego que se asoma en mi mirada,
y un verso elusivo y traicionero.
 
Buscaré en el acervo de los sabios
y en el fondo del fondo de mi pecho
la lucidez que la razón me abra,
 
para ver si en el roce de tus labios
logramos descifrar, lo que sospecho,
podría resultar esa palabra.
 
- Javier

Safo

Cálido cuerpo de turgentes formas,
labio de seda que a besar inspira,
Eva que rompe las trilladas normas,
Safo le mira.

Cubre el dolor de su mirada triste
con el disfraz de su fruncido ceño,
y busca el cántico que sólo existe
dentro de un sueño.

Pero esta noche de calor y exceso,
Venus descubre lo que el tiempo ofrece:
dos soledades ven nacer a un beso
cuando anochece.

Cóncavos cuerpos que al amar procuran
besos de luna que han callado tanto,
y en las promesas que sus bocas juran
hallan su canto.

Las dos unidas, desafiando al mundo,
van de la mano a donde el sol les guíe,
mientras se marchan, un fugaz segundo
Safo sonríe.

- Javier

El verso que te busca

Has puesto de cabeza a mis temores,
has abierto un compás a mis esperas,
le robaste una esquela innecesaria
a cada una de mis otras muertes,
y le diste una lágrima de mas
a cada una de mis tantas vidas.

Eres como la tarde, callada y cautivante,
escondida en las sombras de un halo misterioso,
y mis versos te buscan como al rocío el alba,
te visto de caricia y cuelgas de tus labios
esa leve sonrisa que borda tu alegría.  

Que agite el viento los trigales en tu pelo,
que asome el mar que se derrama en tus pupilas
Y que la vida siga siendo un brillo extraño
que se hace brillo de promesa en tu mirada.

No tengo más que versos fieles en mis manos
para pagar tantas visitas a mis sueños,
para guardar en mis oídos tantas voces
que se derraman como canto de tus labios.

- Javier

Amor Callado

Tengo un amor callado que se agita
en el denso silencio que suplanta
mi triste ruego y confesión escrita
con un miedo voraz que le quebranta. 

Y siento en este pecho que palpita
un grito que aprisiona mi garganta,
pues soy como el cantor que nunca grita
pero al brotar su voz, tampoco canta.

Vive muy cerca del lugar vacío
en donde habita todo amor ya muerto;
en una lucha eterna, un desafío

entre las ganas de gritar “te amo”
la fantasía de soñar despierto
y el mudo palpitar de su reclamo.

- Javier

Nunca tuvimos perlas en las manos

 Nunca tuvimos perlas en las manos,
yo nunca pude abrir tu arisco pecho,
dejamos escapar nuestro derecho
de ser de nuestras huellas soberanos.

Jugamos mucho tiempo a ser villanos,
rumiando penas rancias de despecho,
que fueron derramando en nuestro lecho,
lágrimas de rencores cotidianos. 

No tuvo vencedor este conflicto,
ni nuestro amor pudo salir invicto,
si hubo risas, no supe retenerlas.

Hoy rendido ante el juicio de los años
yo confieso que fuimos  dos extraños
que en las manos jamás tuvimos perlas.  

- Javier

Sextina del amor tardío


¿Por qué llegaste a mí cuando ya es tarde
para plantar tus huellas en mi mundo?
¿Por qué mi atardecer casi perdido
se asoma a tu incipiente despertar,
si dicen que el amor es un presente
que debes disfrutar siempre a su tiempo?

No invoques al amor, nos falta tiempo
para encender su fuego en esta tarde,
antes de que la noche se presente
y llene con su sombra a nuestro mundo, 
no quiero que mañana al despertar
lamentes lo que hoy habrás perdido.

Jamás he de llorar por lo perdido
cuando he ganado tanto en este tiempo
en el que descubrí mi despertar.
Perderme en tu mirada cada tarde, 
me ayuda a confrontar, en este mundo,
cualquier adversidad que se presente. 

Debemos de vivir en el presente,
Sin añorar el tiempo que has perdido
tratando de agradar a todo el mundo;
para este corazón llegaste a tiempo,
para llorar de amor, llegaste tarde, 
ayúdale a mi alma a despertar. 

Crudo es vivir y amargo el despertar
cuando el mañana ya no está presente,
he implorado al olvido que no tarde
porque mi corazón se había perdido,
pero tu voz me dice “queda tiempo
para sembrar promesas en tu mundo”.

Que el sol vuelva a nacer, que estalle el mundo
y vuelva tu ilusión a despertar,
hagamos un espacio en nuestro tiempo
y que el reto de amar se nos presente
porque al final no todo está perdido,
y para la ternura, nunca es tarde. 

Llegaste tarde amor, aquí a mi mundo,
viví perdido y quiero despertar
al reto que presente nuestro tiempo.

- Javier

Ningún soneto

 No me apetece el escribir poemas,
no hagamos una lid de voluntades,
no soy el portavoz de tus dilemas,
ni entiendo, inspiración, tus necedades.

Aparta, no me hables de esos temas,
conozco tu intención, no me persuades
con todo tu arsenal de estratagemas
que quieren abusar de mis bondades. 

No hurgues en mi mente, sé sensata,
que el ansia de tu ruego te delata
y no me doblarás, te lo prometo.

Soy inmune a ideas imprevistas,
y no quiero ceder, ya no me insistas
que no voy a escribir ningún soneto.

- Javier

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