¿Qué sabes tú?

 Me dices que mi letra es un bagaje
que no cabe muy bien en tu libreta,
desdeñas estas voces de poeta,
y todos estos versos que te traje.

Me dices que mi huella es cavernaria
que a nadie le interesa el sentimiento, 
la endecha es un insulto al pensamiento
con llantos de quejumbre innecesaria.

Y dices por decir, tantas sandeces
que a falta de razón, bordan silencio,
cretino y contumaz, yo te sentencio
a ser la palma insigne de las heces.

¿Qué sabes tú de lo que guardan dentro
esos versos que encarna la vigilia?
¿qué sabes del anhelo que se exilia
y las penas que salen a su encuentro?

¿Qué sabes tú del brillo que se apaga
en el ocaso del amor maltrecho?
¿viste la fuente que brotó del pecho
cuando el desprecio se vistió de daga?

¿Viste el sendero que ha regado el llanto,
el rastro de cristales, el sollozo
que queda cuando se marchita el gozo
en los secos jardines del quebranto?

¿Qué sabes tú del verso que se oculta
detras de su careta de acertijo,
la letra que, al vagar sin rumbo fijo,
inmola su dolor y lo sepulta?

Me dices que mi letra es insensata
mientras le das un sorbo a tus mentiras
y aunque quemes mis versos en tus piras,
tu lengua viperina te delata.

Sigues siendo la voz que no despierta,
comparsa de la letra alternativa,
¿Qué sabes tú de la palabra viva
si sólo escribes con la tinta muerta?

A falta de hosquedad, abro consejo: 

escucha a la palabra que te ensalma,

acerca tus oídos a mi alma,

y deja de mirarme en el espejo.

- Javier