Querida,
la noche va cayendo entre los dos
y una angustia voraz se trepa a tu semblante,
se asoma al negro pozo de tus ojos
y extrae un par de lágrimas
con una noria improvisada en su brocal,
de miedos y tristezas.
El rastro de cristal que causa el llanto
va rasgando tu piel por donde pasa,
y deja tras de sí, vestigios de tus penas,
El rastro de cristal que causa el llanto
va rasgando tu piel por donde pasa,
y deja tras de sí, vestigios de tus penas,
pedazos de tu alma.
En la noche, sí, en la noche,
en esta oscura noche de noticias agoreras,
ambos callamos y la playa gime,
gime por el adios de las mareas,
gime por el adios de las mareas,
sujetas al capricho de la luna.
Pero aquí entre los dos ronda el silencio,
ese silencio cómplice
ese silencio cómplice
que calla el murmullo de tu pecho quebrantado,
aplacando el rugir de tu memoria,
aplacando el rugir de tu memoria,
en el dique seguro de mi abrazo,
y en los reductos de un lejano beso
que guarda su sabor en nuestras bocas.
Querida,
aunque no puedas ver hay un sendero,
hay un mundo de amor
aún en los dolores clandestinos,
una sonrisa que aún esta dormida
y un nuevo amanecer que nos aguarda,
para llegar al fin barriendo sombras,
que guarda su sabor en nuestras bocas.
Querida,
aunque no puedas ver hay un sendero,
hay un mundo de amor
aún en los dolores clandestinos,
una sonrisa que aún esta dormida
y un nuevo amanecer que nos aguarda,
para llegar al fin barriendo sombras,
y recogir la ofrenda del rocío fresco.
No dudes que estaré yo junto a tí,
con nuestro mar como testigo,
porque estamos invitados
a ser parte de ese cuadro matutino
cuando el oleaje nos devuelva el alba.
Querida,
estas manos que te he ofrecido no se apagan,
no se doblan al reclamo de las penas transitorias
que quieren invadir tu corazón;
construiremos un bastión para los sueños
que aún no hemos deshojado,
beberemos un coctel de promesas enmieladas
para acortar la espera y alargar tus besos,
y colgaremos versos en las faldas de los montes,
No dudes que estaré yo junto a tí,
con nuestro mar como testigo,
porque estamos invitados
a ser parte de ese cuadro matutino
cuando el oleaje nos devuelva el alba.
Querida,
estas manos que te he ofrecido no se apagan,
no se doblan al reclamo de las penas transitorias
que quieren invadir tu corazón;
construiremos un bastión para los sueños
que aún no hemos deshojado,
beberemos un coctel de promesas enmieladas
para acortar la espera y alargar tus besos,
y colgaremos versos en las faldas de los montes,
junto a los velos de la niebla desvelada
que cruzan como húmedos fantasmas
que cruzan como húmedos fantasmas
ante nuestros ojos;
en ese vano intento de ocultar la noche.
Querida,
aqui esta mi vigilia junto a ti,
no dejes que la noche se trepe a nuestros párpados,
que no cesen mis brazos de estrecharte,
que no cese mi voz de recordarte
que la noche es tan solo un pretexto
Querida,
aqui esta mi vigilia junto a ti,
no dejes que la noche se trepe a nuestros párpados,
que no cesen mis brazos de estrecharte,
que no cese mi voz de recordarte
que la noche es tan solo un pretexto
para ver resurgir nuestra mañana.
- Javier
- Javier
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