Como guitarra que paciente espera
la diestra mano que el arpegio labra
para extraer la voz de su madera,
asi espera, poeta, la palabra.
Asido de las letras caprichosas
pernocta, sosegado, el dulce verso,
oculto del papel en donde posas
tu pluma para armar un universo.
El arte no se fía de relojes,
es cruel, inoportuno y desalmado,
cuando sonriente pide que deshojes
los pétalos de un verso desvelado.
Mas puede estar callado muchas lunas,
puede ignorar tus ruegos escribanos
goteando versos blancos en las dunas
de los desiertos yermos de tus manos.
Que calle el verso cuando quiera ser
prospecto misterioso de acertijo,
ha de salir algún atardecer
furtivo y seductor de su escondrijo.
Mientras esperas con tu pluma en vilo
a que acuda en tu busca el verso ausente,
bebe un recuerdo, aguarda con sigilo
y lo hallarás oculto allí en tu mente.
- Javier
No hay comentarios.:
Publicar un comentario