Como pavesas que al arder consumen
las llamas del recuerdo en que te integras,
brilla en la noche de mis horas negras,
el frágil velo de tu ausente numen.
Cierro el reloj; no quiero que se esfumen
los rastros de tu risa cuando alegras
mis horas, más sus manos como legras
raen mi paz sin que al ayer se sumen.
Como oración de amor, busco tu nombre
abro mis sueños para ver tu imagen,
hurgo en mis labios para hallar tu beso,
hasta he pedido a Dios, aunque te asombre,
que desde el cielo las estrellas bajen
para esperar conmigo tu regreso.
- Javier
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