No escribiré mi verso azul, plagado
de lunas que le canten a la noche,
no escribiré siquiera algún reproche
al beso que escapó de nuestro lado.
No llegarán a tu balcón amado
las huestes de mis versos en derroche
ni amargos improperios de fantoche,
sólo el silencio de mi amor cansado.
Tendrás en tu ventana el holocausto
de un corazón caótico y exhausto
que le apostó al amor, a todo o nada.
Toma la sangre de mi pecho infausto
y escribe el verso, tú, mi musa amada,
que sirva de epitafio en su morada.
- Javier
No hay comentarios.:
Publicar un comentario