Aunque no estés aquí la noche está presente
como un cuento de amor que lento se diluye,
allá en el verbo amar la luna otra vez miente
a los enamorados que en sus luces engulle.
El cielo me contempla con aire indiferente
y se oculta en las sombras de la noche que huye,
no sé cómo eludir a esta lágrima hiriente,
ni la trampa sutil que la luna construye.
Oigo tu suave voz prendida de un recuerdo
busco tanto de ti… de mí ya ni me acuerdo;
soy un nombre olvidado en un dolor nocturno.
La noche se despide cansada de mis quejas
cubriendo con el sol sus vestiduras viejas
Y un día más sin ti me abraza taciturno.
- Javier
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