Te declaro tristeza,
que se desliza en la negrura de la noche,
lágrima cristalina,
silente intrusa en el portal de mis recuerdos.
Te declaro tristeza,
como el cantar de mil sirenas impasibles
que en la noche callada
alzan y mojan sus cabellos en mis ojos.
Tristeza pendenciera
te vuelves llanto atribulado que mutila
los sueños de mi almohada,
estremeciendo el remanente de mis besos.
Te nombro codiciosa,
emancipada, fuente impúdica del llanto;
te miro sedentaria
y temblorosa como gota de rocío
que vive y adormece
entre las hojas de la palma de mi mano.
como niño extraviado,
el verso aquel que se perdió entre la nada
o aquel vacío tiempo
que va goteando soledad en sus minutos.
Me declaro culpable
de asesinar mis viejos sueños con mis manos,
confieso que he pecado
al conservar el sol de ayer y sus latidos
robándole al presente
el breve espacio donde vivo mis historias.
Me declaro culpable
de ser cansancio sin afán, afán sin fruto...
Comienza a atardecer,
estás cansada de ser causa de mis penas,
solo un pretexto mas
para elevar y transformar mi vieja copa
en un rompecabezas
que no será nunca resuelto por mis manos.
Te declaro tristeza,
que se desliza en la negrura de la noche,
te reconozco vida,
y te resguardo entre mis versos, alma mía.
- Javier
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