¡Cómo tiemblan mis manos!, ¡cómo busco tu nombre!
más allá de tus labios, más acá del destino;
como un grito sin voz, cautivo de la noche,
cual frágil mariposa, vuelas hacia el olvido.
Como para abrazarte mi corazón te busca,
como para olvidarte, pretende que te niega
y en un febril binomio de olvidos y locuras
paseas por mis noches; apagas las estrellas.
Como pan de infortunio con hambre desolada
y bebo la reserva del año en que partiste
en esta copa rota que alguna vez fue mi alma.
Como para guardarte te visto de nostalgia
y arropo tu recuerdo junto a mis días grises;
¡cómo tiembla mi noche al filo de tus alas!
- Javier
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