Un recuerdo de ti se escapa en mi memoria
y sale a recorrer mis penas por un rato,
la noche va hilvanando pedazos de tu historia
y en el viejo tejado se oye maullar a un gato.
No sé porqué maúlla, no es tanto mi "gatismo"
pero pudiera ser que sufra un mal de amores
pudiera ser que ambos bebamos hoy del mismo
triste licor de ausencia que hermana a los dolores.
Si pudiera gritarte este dolor que siento
tal vez algún maullido sería mi lamento,
mientras en mi tejado se desgarra la noche...
Pero tú estás ausente, no me sirve un reproche,
me guardo los recuerdos de tu cariño ingrato
y allá en su triste noche vuelve a maullar el gato.
- Javier
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