tan pura y cristalina cascada de emociones,
y guardo los murmullos del viento y de la brisa
para cazar latidos de nuestros corazones.
Los árboles se abrazan con ansia de sus hojas
para que el viento fresco no forme una hojarasca,
acerco mis oídos al alba en que te alojas
y aguardan expectantes antes que el día nazca.
A veces mis silencios se alían con tu voz,
apago mis palabras y brilla entre los dos
esta tibia esperanza que en mis sueños derramo.
La vida está en suspenso al filo de tu boca,
subyugo mis anhelos a la esperanza loca
de escuchar de tus labios simplemente “te amo”.
- Javier
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