Entre tu olvido y la muerte

Sé muy bien que no te quiero,

me lo dice mi buen juicio

y este tiempo, carcelero

que a veces saca de quicio.

Sé muy bien que nuestras huellas

ya no significan nada,

y no existen las estrellas

de aquel cielo en tu mirada.

¿Pero cuál es el motivo

de esta terca sinrazón

de cada verso que escribo?

¿Cómo explico al corazón

esta absurda disonancia

de quererte y no quererte,

si es tan corta la distancia

entre tu olvido y la muerte?

Ya no hay magia entre tus manos,

ya no derraman ternura,

como duendes cotidianos

que se visten de aventura.

ya no busco la caricia
que se asoma entre tus dedos,
ni ese toque que propicia
el olvido de mis miedos.

Pero ¿qué diablos le pasa

a mi mano que procura

tocarte cuando fracasa

al negar esta locura? 

¿qué delitos en flagrancia

he cometido al perderte?

si que es tan corta la distancia

entre tu olvido y la muerte.

En tus ojos ya no hay brillo

que alumbre mi madrugada

y ya no me maravillo

con el sol de tu mirada.

Y no eres faro de amor

que guiar pueda mis pasos

ni tampoco su esplendor

puede curar mis fracasos.

Pero… ¿cómo extirpo el llanto

que carcome aún mis ojos

cuando un oscuro manto

va envolviendo los despojos

de un sueño sin importancia

que me pide que despierte,

si es tan corta la distancia

entre tu olvido y la muerte?

Ya no vibro con tu piel

deslizándose en mi boca

ni vacío en un papel

todo lo que me provoca.
En ella no quedan besos
con sabor a bienvenida
ni procuro los regresos
a tu boca prometida.

Pero ¿acaso aun es cierta
esta urgencia por besarte?
esta boca casi muerta
que vive para llamarte;
que sabe de la importancia
del beso que nos advierte
que es muy corta la distancia 
entre tu olvido y la muerte? 

Ya no pongo el corazón

para que tú lo seduzcas;

ya no guardo tu perdón

por si alguna vez me buscas;

no te ofrendo los gemidos

de mis negras cuitas diarias

ni te busco en los latidos

de estas noches solitarias.

Mas no tengo explicación

para un corazón cautivo

que bebió de tu canción

y la convirtió en motivo

por el que yace en el ansia

y el dolor de ya no verte,

si es tan corta la distancia

entre tu olvido y la muerte.

- Javier